Una madre le dice a su hijo:
- Hijo, te quiero porque eres tan golfo y sinvergüenza como tu padre.
Y su marido, que lo estaba oyendo, dice:
- Oye, que yo nunca fui un golfo ni un sinvergüenza, ¡eh!.
- Perdona, he dicho como su padre.
- Hijo, te quiero porque eres tan golfo y sinvergüenza como tu padre.
Y su marido, que lo estaba oyendo, dice:
- Oye, que yo nunca fui un golfo ni un sinvergüenza, ¡eh!.
- Perdona, he dicho como su padre.
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