23 diciembre, 2011

Un cubano en el cielo

Un cubano, que fue en vida muy bueno, al morir, como era de

esperar, fue al Cielo. Llevaba más de mil años disfrutando de la

eternidad cuando un buen día le dijo a Dios:

- Dios mío, quisiera que me permitieras conocer el Infierno por una

noche, para saber cómo es ese lugar.

Dios, en su infinita bondad, le dijo:

- Si es tu voluntad, que así sea.

Nuestro buen hombre se fue esa noche al Infierno.

Bajó hacia su entrada por unas escaleras de mármol blanquísimo.

Vio por doquier luces de neón y una puerta se abrió de manera

espectacular, dando paso a un Edén surcado por ríos de ron, whiskey,

champagne, y atestado de las mujeres más hermosas que jamás

hubiese visto, todas desnudas llamándolo, bebió a lo bestia, comió

cuanto quiso; en fin, pasó la mejor noche de su vida y

regresó de madrugada al Cielo.



A la mañana siguiente, habló con Dios y le manifestó su deseo de

mudarse definitivamente al Infierno. Dios en su infinita misericordia,

nuevamente, Aceptó.

Arreglados sus asuntos burocráticos de empadronamiento celestial, a la semana estaba camino del Infierno.

Bajó las mismas escaleras y se abrió nuevamente la puerta, pero

esta vez cayó en una gigantesca olla llena de azufre.

Se hundió en ella mientras el Diablo lo punzaba con su tridente .. Con mucho esfuerzo, logró sujetarse al borde, sacó la cabeza y dijo al Diablo, que reposaba sentado en su trono:

- Señor de las tinieblas, ¿qué es esto? Yo estuve aquí la semana

pasada y todo era maravilloso….

Y el Diablo respondió:

- Tú, como cubano que eres, ya deberías saber, que una cosa es ser turista
y otra residente.

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